22 de septiembre de 2011

Viñales, Havana y Varadero

Partimos de la Havana hacia Viñales, unos 240 km, hacia el extremo occidental de la isla.
El paisaje es diferente, el clima era más lluvioso y húmedo.
En el camino encontramos un artesano, dedicado a la elaboración de habanos, cuyo precio era para los turistas más económico que los elaborados en la Fábrica de Tabacos.
La construcciones estaban más cuidadas que las propias viviendas, criterio más adecuado en el liberalismo que en otras ideologías.

Los palmares eran abundantes y hermosos. La actividad tabacal se acompañaba de la cría y comercialización de cerdos.

La casa de techo verde es el secadero de tabaco, en el que se cuelgan las hojas hasta que estén aptas para la elaboración.



De allí pasamos por el Miredor Los Jazmines, hermoso lugar por su paisaje y serranías.


Nos encontramos con un curioso "Marlboro-Boy" que montaba una especie de búfalo en vez de caballo. Se gana la vida paseando turistas y siendo blanco de las ocasionales fotos.






Luego llegamos al "Mural de la Prehistoria", obra moderna, no realizada por los aborígenes, hecha directamente sobre la roca de una sierra.



El restaurant estaba cerca de muchas estructuras rocosas, algunas aisladas.

También se visualizan cuevas que también fueron ornamentadas con cerámicas representando la vida aborigen.


Por la noche el espectáculo nocturno se dió en el Cabaret Parissiene, en el que
se pudo apreciar un espectáculo coreográfico y musical impactante y colorido.


La estructura del espectáculo es antigua, "démodé", como si la función estuviera dedicada a los gangster de la década del 40.









El espectáculo se caracteriza  por la sensualidad de la mujer cubana, especialmente las mulatas.






En definitiva, me hizo recordar las revistas del Maipo (sin diálogos "picantes"), salvando las distancias por el aggiornamento  coreográfico.
Pocas horas después tuve la oportunidad de recorrer parte de la Havana. Esta es una vista panorámica de la Havana desde las alturas del fuerte que se encuentra en la boca de la bahía.
De entrada, al pasar me mostraron las ruinas de uno de los teatros más antiguos y reconocidos de la vieja Cuba, destruido por un voraz incendio (previa "okupas"ión popular). Pedí detener el vehículo y logré esta toma, la síntesis de la realidad cubana.
Lo más auténtico y original en ruinas, lo nuevo, hermoso, lujoso son los hoteles de cadenas extranjeras (Hotel Meliá de la Havana).
Este tipo de contraste o contradicción también se percibe en otros edificios, en este caso en una iglesia que fue construida en honor al obispo de Cuba, cuando autorizó el casamiento entre primos de una familia muy adinerada.
Si comparamos estas imágenes con las de la iglesia en Trinidad notarán inmediatamente la pesada carga ornamental de ésta, mientras que la de Trinidad las esculturas y el trabajo fue hecho en madera tallada por los creyentes, la escasa presencia de ornamentos y vitrales.
Obsérvese la calidad del trabajo y ornamentos donados para recibir la bendición de Dios justificando una relación incestuosa.



Esta es la Catedral de los Nichos Vacíos, las obras no se concluyeron porque los franciscanos que la construían fueron echados antes de concluirla.

Disparidad y contradicciones hasta en los santuarios.
Hermoso el Capitolio; en sus veredas se observan viejos automóviles al servicio "pintoresco" de los turistas.


Al continuar la excursión, pude, por fin, conocer mejor la realidad de la Havana. Un desvío fortuito
me introdujo en la Havana Vieja, con muchos edificios en plena decrepitud.
Calles angostas, para proteger a los transeúntes del sol y el calor, en las que apenas pasan dos vehículos simultáneamente.
Frentes derruidos.
Balcones derrumbados.
Población ociosa.
Pero, a pesar de esa pobreza y desidia se realizaba una intensa campaña contra el dengue.
Este es un vivo ejemplo de uno de los objetivos fundamentales del sistema....la Salud; el otro es la educación y la intensa lucha contra el analfabetismo. Al percibir esta realidad recordé de inmediato las palabras del presidente de Chile, Pineda, quien afirmó en un discurso que "la educación es muy cara y en consecuencia el acceso a ella debe ser restringido".
Viejos carruajes para pasear a los turistas. Amplias plazas.
Esculturas en tamaño real para acercar la historia y los próceres a la gente común.


Edificios restaurados a pleno.
Obras de restauración permanentes aunque lentas (no vi obreros trabajando, "ya que no importa el tiempo que lleve el trabajo, sino que se haga bien" (sic).

Esquina de los condenados a muerte, lugar de los condenados.

Interiores lujosos en viejos edificios revelando  antepasados feudales, con abundantes esclavos y desprotegidos.

Monumento a Simón Bolívar.
Pintoresca trabajadora pública dedicada al barrido de las calles.
Hermosa vieja botica.

Espectacular salón de lectura.
Hermosa carpintería.


Hermosa vista de la Havana desde el fuerte de la bahía
y del hotel El Nacional (con dos torres de observación).
Curiosamente los cañones apuntan hacia el interior ¿Mensaje? ¿Realidad? ¿Temor?.
Las conversaciones con jóvenes cubanos revelan la preocupación por la propiedad privada y el reconocimiento a la calidad o cantidad de trabajo realizado.
La ideología que propugnan no es "Todos somos iguales" sino "Todos debemos tener las mismas oportunidades".
Dos horas más tarde arribé a mi destino final, "la frutilla del postre", una playa de ensueño ....
Varadero. 




Playas tranquilas, aguas transparentes, mar turquesa, lujoso hotel.





En fin, un sitio para el más intenso placer que todo ser humano alguna vez  deseó.